Al igual que el Atlético de Madrid es el “PUPAS” de Primera División, nosotros somos el Pupas de 1ª Regional, y es que en el primer minuto de partido ya íbamos perdiendo 1 – 0. Un mal despeje de nuestra zaga, el delantero del equipo rival, que se la encuentra y para dentro. Ya sabéis todo que lo que mal empieza mal acaba y eso nos pasó.
Hubo algunos minutos que empezamos a entrelazar jugadas, aunque sin mucho peligro, en una de estas, Fran le puso la pelota a Rubén Vigara que de una espectacular volea batió por toda la escuadra al meta contrario (1 – 1). ¿Espejismo?
Eso fue, espejismo, porque la suerte tampoco nos acompaña, y es que a perro flaco todo se le vuelven pulgas. Minutos después del empate el portero de Valdetorres sacó de su portería, nuestra zaga no logró despejar el balón de cabeza y se le quedó franco al delantero de Valdetorres, que de un gran derechazo volvió a batir a nuestro portero, (2 – 1) y sin haber hecho nada el equipo rival para meter los dos goles. A partir de aquí lo de siempre, la moral por el suelo, todos cabizbajos, sin ilusión... lo mejor que nos pasó es que el árbitro pitara el descanso.
En el segundo tiempo parecía que todo podía cambiar, salimos con más mordiente, encerrando al equipo rival en su campo, pero sin crear claras ocasiones. Cuando creíamos que podía llegar el empate, una falta al borde del área a favor de Valdetorres. El jugador de Valdetorres chutó con fuerza, con la buena suerte para ellos, y la desgracia para nosotros, que el balón que se dirigía fuera, se encontró en su trayectoria con el pecho o el hombro de uno de sus atacantes y la pelota entró llorando en nuestra meta (3 – 1). José Luis (nuestro portero) no se lo podía creer, al igual que toda la afición que nos acompañó a este lejano desplazamiento.
Destrozados, así nos quedamos todos, sabíamos que ya no había nada que hacer. Como bien dice la “Ley de Murphy”: Cuando parece que ya nada puede ir peor, empeora. Y así fue, otro saque del portero contrario, nuestro defensa que no llega a despejar de cabeza y balón franco para el delantero contrario, que le da el pase de la muerte a su compañero, y a placer nos hace el cuarto gol.
En definitiva, con la palabra D E S I L U S I Ó N, se puede definir nuestro final del partido. Sabemos que somos un equipo humilde, que seguramente no ganemos muchos partidos, pero hay días que las cosas no empiezan a salir bien y terminan fatal.
Ah, y eso no fue lo peor, recodad la Ley de Murphy, éramos penúltimos en la clasificación y ahora somos el farolillo rojo. ¿CAMBIAREMOS NUESTRA SUERTE? Yo pienso que sí.
Agradecer una vez más el esfuerzo de nuestra afición, que se desplazan cada vez que pueden, y por favor, no nos dejéis solos.
Al igual que empecé con una referencia del Atlético terminaré con otra: PAPÁ…¿POR QUÉ SOMOS DEL ESPARRAGOSA?
JAVI VERASTEGUI